Voy a aprovechar para publicar unas fotos de otra cosa que me encanta, los robados.
Por aquí, me da un poco de palo fotografiar a la gente. Los que me conocéis, sabéis que me resulta muy difícil pasar desapercibido. Así que cuando estoy por ahí adelante, no me corto mucho, y de momento nadie me ha puesto mala cara.
Aquí os dejo unas fotos que hacen honor al título de la entrada.
Todas las fotos de esta entrada se hicieron la tercera semana de septiembre del 2013, en Flandes. La primera es en Amberes, una ciudad que nos sorprendió mucho y para bien. No es que sea demasiado monumental, pero tiene unos barrios muy chulos y muy buen ambiente, tanto cultural, como cervecero. La típica de esa zona De Koninck, ligeramente tostada y deliciosa.
Esta otra foto, es en Gante, una de las ciudades más bonitas en las que he estado. Si vais a pasaros por Bélgica, guardaros un par de días para esta maravilla. Repleta de monumentos, canales y sitios llenos de encanto. Mención especial para sus mercadillos: de flores, de pájaros, libros, segunda mano, muebles ... no tienen nada que ver con los de aquí. Una cosa que me sorprendió, es que tienen un piano de cola en una plaza, para que toque la gente. Ya estoy imaginándome donde iba a acabar el piano, si lo dejan aquí toda la noche.
Estas dos últimas fotos son en Brujas, bonito, pero demasiado turístico para mi gusto. Pensé que me gustaría mucho más, tanto que hablan de ella, que esperábamos otra cosa, ni punto de comparación con Gante.
Eso si, a parte de las visitas culturales, aprovechamos para visitar la fábrica de cerveza artesanal Brugse Zot. Algo cara, entre 3 y 4€, riquísima, tanto la rubia como la negra. Nos gustaron tanto, que hubo sesión de mañana y de tarde. Salimos de allí con una alegría ... y eso que al día siguiente tocaba volverse.